Magda Soledad Lueiro Femenias

 

Nací en Cuba. Crecí sin televisión, refrigerador, sin saber lo que era una computadora, y ni siquiera tenía una simple calculadora. Me gustaba jugar dibujando laberintos con mis amigas. Los laberintos eran muy complicados y para pasar en ciertos puntos en el laberinto, había que resolver ecuaciones. La que hiciera las ecuaciones más complicado ganaba. Pasábamos días y semanas elaborando estos laberintos. Era muy emocionante. Usábamos imaginación, lógica, y matemática. Siempre supe que yo sería Ingeniera para mí no había nada más.

Inmigre a los Estados Unidos de América a los dieciséis años, donde comencé preuniversitario. Venia de un país comunista donde no tenía la libertad de escoger mi carrera. Sin saber inglés, y sin saber el sistema de educación Una maestra me ayudo con las aplicaciones para la universidad y para ayuda económica. Fui aceptada en el colegio de Inguinaria de la Universidad de la Florida.

La carrera universitaria fue un poco difícil para mí pues aun no dominaba muy bien el idioma. Durante el primer año, mi madre enfermo y tuve que abandonar los estudios para ir a su lado en un hospital en Miami. Mi madre salió del estado de coma pero la hospitalización, y tratamientos médicos tomarían unos cuatro años. Conversando con sus doctores, les conté que estaba estudiando en la Universidad de la Florida pero que no podría continuar hasta la recuperación de mi madre. Los doctores me ayudaron a transferir a mi madre al hospital de la universidad, Shands, y ayudaron para que yo pudiera seguir estudiando y a la vez cuidar de mi madre.

Aun con dificultades, nunca abandone mi propósito, y fui dichosa de haber tenido ayuda. Creo que cuando uno quiere lograr algo valioso, siempre habrá personas dispuestas a darte la mano.

En mi trabajo, he contribuido a la tecnología que hace posible los teléfonos celulares, y ahora pongo mis esfuerzos y soy parte de la misión de llevar a la humanidad al planeta Martes.

Estoy feliz de poder contribuir de la mejor manera en que yo puedo, y de no haber defraudados a los que creyeron en mí y me ayudaron a lograr mis objetivos y sueños, mi trabajo es mi manera de agradecerles por siempre.